domingo, 6 de junio de 2010

martes, 23 de marzo de 2010

TRANQUILIZANTES



Nombre que se aplica a un tipo de fármacos que se emplea para tratar la ansiedad y el insomnio.
Bajo el epígrafe de tranquilizantes e hipnóticos nos referimos a un amplio grupo de fármacos que son capaces de controlar la ansiedad patológica y a dosis más elevadas de inducir sueño. Son un grupo de fármacos muy eficaces. El problema surge cuando no se emplean adecuadamente o durante períodos de tiempo excesivamente prolongados.

TOXICOMANIA


La toxicomanía se puede definir como el consumo habitual de ciertas drogas o medicamentos, y la dependencia de tipo patológica que esta crea de las mismas.
"Su traducción inglesa es ""addiction"". Síndrome postulado hasta los años 70, que, por oposición a la habituación, se definía por un invencible deseo o necesidad (compulsión) de seguir consumiendo droga y de obtenerla por todos los medios, por una tendencia a aumentar la dosis, por una relación de dependencia psíquica (psicológica) y generalmente física respecto a los efectos de la droga y, finalmente, por ser nociva para el individuo y para la sociedad. "

lunes, 22 de marzo de 2010

drogas



Se entiende por “fármaco” o “droga” toda sustancia que introducida en un organismo vivo, puede modificar una o más funciones de éste. Para nosotros este concepto es excesivamente amplio y cuando hablamos de “droga” nos referimos a una sustancia que, introducida en el cuerpo por cualquiera de los mecanismos de administración clásicos de los medicamentos (inhalación, ingestión, fricciones, etc.), o nuevos, (administración paarental, endovenosa, etc.), tenga dicho producto utilidad terapéutica o no, sea capaz de producir una modificación en la conducta del sujeto, condicionada por los efectos inmediatos (psicoactividad) o persistentes, de tal naturaleza que existe una evidente renuncia al uso continuado del producto.
Debemos empezar con una manifestación rotunda: todas las drogas deberían ser iguales desde el punto de vista estrictamente sanitario. Entrar en el dilema de las drogas “duras” y “blandas” es, simplemente, intentar dilucidar cuáles son menos peligrosas.
Cuando, en cualquier lugar, surge la pregunta “el cannabis, ¿es más o menos peligroso que el alcohol?”. Se puede responder, simplemente, que se sepa que ninguna es beneficiosa. Es decir, plantearse el problema así, intentando cuantificar la peligrosidad es ya de por sí absurdo y caprichoso. Es a través de argumentos negativos que va a plantearse, en consecuencia, la cuestión de la legalización de algunas drogas (“blandas”): que una cosa no sea peor que otra, no quiere decir que sea buena.
En general parece considerarse drogas “duras” las drogas que producen dependencia física y “blandas” a las que no la crean.
No pueden existir argumentos a favor del consumo de drogas. La dependencia sin más calificativos, no es cuantificable. El consumidor es o no libre de abandonar el consumo, esta es la cuestión y por tanto el problema cualitativo. Tampoco podemos olvidar la educación “qué hace qué a quién”. Cualquier explicación de por qué es obvia.